Se dieron luego de que más de 250 mujeres sufrieron intoxicaciones, incluso algunas terminaron hospitalizadas, a raíz de comer alimentos proveídos por la compañía, en mal estado.

El pasado 17 de diciembre trabajadoras de la fábrica Foxconn, empresa de origen taiwanés y encargada de tercerizar el proceso de ensamble de los iPhone, organizaron una marcha, acompañadas por los trabajadores varones, para exigir que se le reconozcan sus derechos laborales y que se respeten las normas y leyes establecidas por el Estado de Tamil Nadu, ubicado al sur de la India, que es en donde se encuentra ubicado el establecimiento.

En consecuencia, la agencia Reuters habló con seis mujeres que trabajan en la planta pero se encontró con que todas pidieron mantener el anonimato por temor a represalias tanto de la empresa como de la policía. Algunos testimonios que brindaron las trabajadoras, contaron que en general duermen en los pisos y que las habitaciones que les brindan suelen ser compartidas por entre 6 y 30 mujeres. También en sus relatos expresaron la falta de agua corriente en las instalaciones sanitarias como asimismo la frecuencia de trastornos en la salud como reacciones alérgicas, intoxicaciones alimentarias y/o dolores en el pecho aunque nunca antes llegaron a estar involucradas tantas personas como en el episodio denunciado.

El gobierno local intimó a la compañía para que ya se ponga a trabajar en mejorar las condiciones de vida y de trabajo de las trabajadoras y que acate las exigencias de las leyes del Estado. Sin embargo, tanto Apple, dueña de iPhone como Foxconn, no expresaron grandes detalles de cómo llevarán adelante el plan sino que sólo informaron, mediante sus voceros, que “encontraron que algunos dormitorios y comedores no cumplían con los estándares requeridos pero que se asegurarán de realizar las modificaciones necesarias antes de que la planta vuelva a funcionar”.

Por otra parte, la fábrica había sido inaugurada en el 2019 con la promesa de crear 25.000 puestos de trabajo y mejorar las condiciones de los y las habitantes de la zona. No obstante, las mujeres que trabajan, que en general vienen de hogares rurales grandes y con escasos recursos, ganan el equivalente a unos 140 dólares en un mes y deben pagar a Foxconn por la vivienda que utilizan y la comida que consumen mientras trabajan en la planta.