Son un nuevo modelo de líderes de opinión, que en general habitan el ecosistema de plataformas como Instagram, YouTube, TikTok, que fue creciendo y consolidándose a través del desarrollo de su marca personal, tras el objetivo de amplificar y difundir diversos mensajes.

El universo del marketing y la publicidad tiene entre sus principales reglas que el boca en boca es una de las herramientas claves para que una marca sea conocida, para que un producto se presente o para que crezca la imagen de un candidato. Y si esta recomendación o sugerencia viene de parte de una persona de confianza es mayor la influencia que genera. Juanjo Ramos, autor del libro Marketing de Influencers, dice que es la confianza el lugar donde se consolida el rol de los influencers. Pero ¿a qué se denomina influencer? Según afirma Ramos, “un influencer, en el ámbito de internet, es aquella persona que tiene un fiel conjunto de seguidores en distintas redes sociales que, en general, creen y comparten los mensajes que esté publica”. Por lo que al transmitir mayor naturalidad y cercanía, las personas creen que son más objetivos. En relación a este punto, Juan Marenco, CEO de Be Influencer, afirma: «el influencer tiene su impronta con un estilo y una personalidad propia. Esto es lo que los hace genuinos, razón por la cual generan una conexión real con sus audiencias».

En Argentina la tendencia a que los influencers formen parte de las estrategias comerciales crece año a año, de hecho la investigación realizada por la Cámara Argentina de Anunciantes y la empresa de publicidad Ninch Communication Company muestra que un 62% de las personas afirman que los y las influencers influyeron en las compras que realizaron. Es decir que 6 de cada 10 concretaron una transacción comercial luego de ver el mensaje de influenciadores e influenciadoras en las redes sociales.

Sin embargo, este contexto genera controversias ya que a veces es difícil para los consumidores y las consumidoras detectar si es una recomendación real o por contrato. Es por eso, que especialistas de distintas disciplinas expresan sus preocupaciones por el tiempo de vínculo que se genera entre influencers y seguidores y seguidoras. Ole Nymoen y Wolfgang M. Schmitt, autores de Influencers: la ideología de los cuerpos publicitarios afirman: “Se trata de un fenómeno global que conviene tomarse muy en serio, no solo por promover un estilo de vida profundamente consumista, sino porque desdibujan la línea entre realidad y ficción, proyectando una cercanía ficticia que influye negativamente sobre la forma de pensar y de actuar de millones de personas”. También en Argentina Gulle Aquino, un reconocido humorista, problematizó esta situación mediante un video en YouTube en el que se relata las variaciones de opinión que tienen las personas a raíz de lo que va expresando el personaje influencer.

Ante esta tendencia, Belén González-Larrera, psicóloga española afirma:

“no hay que demonizar a los influencer sino que hay que promover el pensamiento crítico para que las personas puedan interpretar la ficción y no tomen todo como algo real”.